Entrevista de David Redondo a Andreu Buenafuente, con motivo de los 100 programas de EN EL AIRE, publicada el 3 de junio de 2014 en cadenaser.com
Mientras España entera hablaba del Rey y de su abdicación, Andreu Buenafuente (49 años) arrancaba este lunes su programa 99 de EN EL AIRE acordándose de Enrique López, el magistrado del Constitucional cazado al volante de su moto ebrio y sin casco. Lo ha calificado como "el hombre más afortunado del mundo". Con su característica mezcla de ironía, sarcasmo y mofa, Andreu hacía una crítica velada a cómo en la gran sociedad de la comunicación, una gran noticia puede enterrar a un grave escándalo. También habló del Rey, de Rajoy, del referéndum para una república, de Catalunya... Cada noche, serio y muy gesticulante, con camisa, corbata y chaleco, Buenafuente satiriza con palabras tal cual lo puede hacer con el lápiz el mejor humorista gráfico de un diario. Quizá por eso diga que él no hace televisión para todo el mundo.
Tampoco sus entrevistas son para todo lector. Andreu Buenafuente responde a las preguntas de esta entrevista con motivo del programa 100 de EN EL AIRE y mientras prepara número 99. Su hablar es pausado, pero continuado. Ofrece una entrevista de esas que dejan más poso cuando se transcriben que mientras se llevan a cabo. La reflexión sobre algunas de sus respuestas permite vislumbrar la brillantez de este periodista, humorista y presentador que asegura que su único talento es interpretar la vida a su manera. Ese y el de estar rodeado de un equipo que no cae en la autocomplacencia.
Será que Andreu Buenafuente deberá renunciar a enumerar los programas que va dejando atrás cada madrugada. Más relevante sería, pues, que enumerase los pares de gafas que ha usado en estas más de tres décadas de carrera profesional. Si, como afirma, sólo tiene que interpretar la vida a su manera, serán los cristales a través de los que mira la realidad el secreto de su exquisito talento. O será que, como Sinatra, procura vivir a su manera.
¿Pensabas que en tu programa 100 el Jefe del Estado en España [a falta de proclamación oficial] iba a ser el hasta ayer príncipe Felipe?
[Ríe] Eso sí que no lo pensaba. Mira que piensas cosas por obligación y por devoción porque estos programas generan multitud de ideas, de supuestos, de incógnitas... pero eso, no. Reconozco que no.
Y cuando estás a un programa de llegar a una cifra tan redonda , ¿eres de esos presentadores que mira mejor al cruzar la calle y vive estos días con cautela para que nada le estropee la celebración o para ti se trata de un programa más que apuntar en tu cuenta de tantos años?
La verdad es que, por suerte, ya forma parte de mi vida. Después de treinta y pico años de profesión, te das cuenta de que esta es tu vida. Y digo "por suerte" porque, en los tiempos que corren, no todo el mundo puede decirlo; y más en nuestra profesión donde hay proyectos que no despegan, que se recortan... Más que nunca lo digo con agradecimiento, sobre todo a la gente, que dice "venga, tira que os vamos siguiendo".
Llegáis a junio con el mejor dato mensual, el de mayo (8,6%), de 2014. El primer programa de 'En el aire' marcó un espectacular 14,8%. ¿Pensaste ese día que el programa se iba a mantener, más o menos, por encima de 10 puntos o esperabas el bajón?
Sí [en referencia al bajón] luego volvió a subir y volvimos a unos buenos números. Mira, la televisión es una cosa que se cuece a fuego lento, esa es de las pocas cosas que he aprendido. Por tanto, confía en tu día a día, en tu trabajo; concéntrate en hacer un buen producto y espera los buenos resultados, pero desde ese convencimiento de que estás dando lo mejor de ti. Y de verdad, relativiza un poco los datos porque es una locura que, a veces, refleja lo que está pasando y, a veces, no.
[El dato de audiencia] depende de muchos imponderables. El mejor baremo son unos resultados que te permitan vivir -porque si son muy bajos te vas a la calle-, pero también un cierto relax en este aspecto porque si no, trabajar tensionado y sin creatividad es muy duro.
¿Percibes o percibiste que cuando estrenaste 'En el aire' -tras un periodo alejado de la televisión- había un sector de gente (y no solo de telespectadores) que estaba esperando a que te la pegaras?
¡Hostia, espero que no! Yo también he aprendido que no hago televisión para todo el mundo. Eso deberíamos tenerlo claro todos porque te tranquiliza un poquito. No puedes gustarle a todo el mundo; entonces, lo mejor es gustar a los que más o menos te han venido siguiendo y gustarte a ti mismo. No en el sentido narcisista, sino en el de satisfacción profesional.
No puedes pensar en los que no les gustas, que digas "es que a los que no les gusto van a esperar que me la pegue". Pues sí, pero ese no es el tema. El tema es estar bien con los que te han venido siguiendo.
Nosotros tenemos la suerte de que durante todos estos años hay una especie de "comunidad", tengo una relación con nuestros seguidores como de primos hermanos, casi como de la familia. Es muy bonita porque es como que te van diciendo "nosotros vamos a estar ahí, eso sí, cúrratelo". Hoy en día te lo tienes que currar mucho.
Y de los 98 programas de EN EL AIRE que ha habéis hecho, ¿qué es eso que te gusta, que destacas?
¡Ostras! Yo soy un poco insatisfecho, pero me estoy quitando de la insatisfacción. Mi equipo y yo somos una gente que no se recrea en la autosatisfacción. Eso, en general, es muy bueno y, a veces, nos quita un pelín de disfrute. Siempre creemos que se puede hacer mejor. Siempre. Lo creo por respeto al público y a nosotros mismos.
Al formato le dimos un meneo fuerte y te diré que, a mitad de temporada, como a febrero, empecé a notar que yo estaba más cómodo en este formato. Y vi que tiene crecimiento, que viene una segunda temporada de consolidación, de pisar más firme, más seguro, de arriesgar más...
Lo que me tranquiliza es estar vivos, estar a gusto y proyectar un futuro todavía mejor.
No me equivoco si digo que EN EL AIRE pudo llegar a emitirse gracias a que llegasteis con unos patrocinadores bajo el brazo, ¿no?
Más o menos fue así. Son muy malos tiempos porque en España no existe una apuesta firme y sostenida por [la franja de] el late night. Lo bueno Lla laSexta es que nos permitió ir jugando con la publicidad para conseguir el presupuesto. Jugando en el sentido de aportar a la producción.
A mí esto me parece interesante. En un momento de debilidad económica general, me parece interesante que incorporemos las marcas y que las marcas se animen a meterse en contenidos y a tirar adelante proyectos. Se está haciendo muchísimo en internet. En radio estamos viendo productos que se sostienen por las marcas. Y esto es bueno.
Esto se lleva haciendo desde hace décadas en EEUU, había una marca de sopas o de jabón que hacía radioteatro.
Sí, casi todas las series de la televisión estadounidense en la década de los 50 tenían detrás un producto que las patrocinaba y que incluso les ponía su nombre al título de la serie...
Claro. Un matrimonio entre la publicidad que necesita a la televisión y la televisión que necesita a la publicidad. Yo, desde la trinchera, animo a que esto siga. Ante la bajada de presupuestos, creo que todos nos necesitamos y todos nos podemos favorecer.
Como empresario, ¿cómo estás campeando la crisis?
[Carcajea fingidamente] Deja que me ría un poco para rebajar tensiones.
Como todos los empresarios de este país: sufriendo, luchando, creo que sacando lo mejor de nosotros mismos, pero deseando que de una vez se estabilice un poco la cosa y que los bancos hagan de bancos. Así de claro. Que financien y vuelva la mediana empresa -que es lo que somos- a poder ir trabajando.
A veces, me da pena no poder trabajar más, como en otras épocas. Pero no nos damos por vencidos. Tenemos una energía interior muy bonita. Estos son los tiempos, adapta presupuestos y sigue luchando.
Lo bonito de todo esto -si tiene algo de bonito- es que, a pesar de la crisis, las ideas y los profesionales están mejor que nunca. Es una cuestión puramente de mercado, no de capacidades.
A mí me vienen muchas ideas buenas y yo quisiera hacerlas todas posibles. Son los intermediarios financieros y la situación lo que frena el talento. Eso es bueno para animar, sobre todo a los que empiezan, que no crean que esto es un páramo.
¿Los bancos te han quitado alguna vez el sentido del humor?
Sí, por supuesto. Yo creo que a todo el mundo. Tampoco quiero cargar contra los bancos de manera gratuita y decir "¡los bancos tienen la culpa de todo!". No, yo lo que pido es una normalidad ética y digna de trabajo, financiación y para adelante.
Luego hay muchas tareas por hacer, este país no solo lo arreglan los bancos, pero ellos sí que colaboran a que realmente fluya un poquito más la economía y se recupere. Pero vamos, yo no soy un economista.
Hablando de la empresa, de EL TERRAT, y fijándonos ahora en lo concerniente al talento... Viendo la de rostros, como Évole, que habéis parido, ¿os sentís una especie de Masía como la del Barça?
Bueno, sí... es muy bonito, la verdad. Siempre digo que esta será una de las cosas que te llevarás cuando te retires: la sensación de haber permitido a mucho y buen talento tirar para adelante. Es algo no planificado, también te digo.
A mí me gusta tanto el contacto con el talento y me emociona tanto que es como mi vicio. Y mi vicio se convirtió en un trabajo, así que yo nunca podía negarme al crecimiento de un compañero porque eso también me emocionaba. Así es como se fue creando un caldo de cultivo para ir lanzando productos y gente muy buena.
Debo decirte que la gente ve rostros y también están los que no son conocidos: productores, guionistas... gente que ha sostenido durante muchos años todos estos productos, muchos de ellos arriesgados.
En los monólogos iniciales de cada programa tocas temas de actualidad, en ocasiones muy candente y controvertida, pues son temas que tienen que ver con política. ¿Has palpado algo sobre lo que sabes que no puedes hablar o bromear?
Estamos en un país libre ¿no? Vamos a recordar eso que, a veces, se nos olvida. En 2014 plantearse que algo no se puede tocar, no. Sí debes ser consciente de la repercusión de tus palabras, pero luego recordar que esto es humor y que el ideario del programa es la vida misma. Y la vida, como se ve perfectamente con la abdicación del rey, nos va nutriendo de contenidos. No hacemos nada más que interpretar esa vida a nuestra manera.
Hemos empezado esta entrevista comentando que celebrarás el programa 100 de EN EL AIRE con Felipe VI como Jefe del Estado, ¿A ti quién te hubiera gustado que hubiese sido el Jefe de Estado en tu programa 100?
[Ríe] Mira, yo creo que mi opinión no tiene mucha importancia... Eso me supera. Lo que sí deseo como ciudadano es que Felipe esté realmente a la altura de lo que se espera de él, que es lidiar con una España que se está transformando, que se está quejando y que quiere una serie de cosas. Dicho esto, que cada palo aguante su vela. Yo ya tengo la mía diaria (muy grande), así que el Jefe de Estado que aguante la suya que también es bastante gorda.